sábado, 27 de diciembre de 2014

Propósito 2015: Control Mental

Siempre el objetivo para el año que empieza, tiende a diluírse en cualquier tema trivial que nos gustaría conseguir, esperándolo como por arte de magia en las primeras semanas, para luego olvidarlo o darlo por imposible.

¡Ahora, vamos a cambiar!
Con base en el poder del pensamiento, propongo en cambio, un esfuerzo descomunal para el año que comienza:  

Controlar definitivamente nuestros pensamientos, para que el resultado de su vibración sea el mundo que deseamos (y que merecemos).

Un sólo propósito: ¡Corregir el pensamiento de manera drástica!

Enviar al espacio solamente energía creadora de armonía y paz para que se concrete en nuestro mundo.
Que TODOS estemos bien. Felices.
  • Ni por un instante permitirnos un pensamiento de temor hacia ningun tipo de situación o persona.Todo va a salir bien. No nos anticipemos con negativismo ni miedo.
  • Ni por un instante asumir que alguno de nuestros semejantes es inferior a nosotros.
  • Ni por un instante abrigar odio, rabia ni rencor hacia nadie. No pensar mal de nadie ni de nada.
  • Ni por un instante pensar que algo nos va a salir mal. Prohibido.
  • Ni por un instante sentirnos solos. Somos Uno. No estamos desconectados.
  • Alivianarnos: Ser pacíficos y pacificadores.

Parece un tema trillado. Un lugar común.
Pero es en cambio, algo nuevo. Único. No visto hasta ahora. Un trabajo muy duro para quien lo quiera emprender.

Debemos ser neuróticamente estrictos al vigilar nuestra mente durante todo el año: ¡Ni un solo pensamiento que no sea de amor, fraternidad o paz!

Concentrados, porque somos proclives a distraernos y olvidar nuestro propósito de Año Nuevo, volviendo a nuestros pensamientos-basura, que no nos han servido para nada.

Ojo: Control exhaustivo de nuestros pensamientos

Una ventaja es que con esta práctica, -cuando está bien hecha-, ni nos toca preocuparnos por nuestras palabras ni por nuestras acciones... Todo sale bien automáticamente.

Fuera los temores y las supersticiones. Me tocó vivir con una generación que en todo veía señales de peligro y de error. Eso debe erradicarse de la Humanidad. Que se haga lo contrario: que en cada animal que pase, cada sonido, cada color, veamos la anticipación de nuestra buena suerte y del maravilloso día que nos aguarda.

Lo contrario debe considerarse magia negra y a nadie le conviene.

Hermosas cosas nos esperan este año.

Todo va a salir bien. No hay otra forma. (Mientras cuidemos nuestra volátil energía)

martes, 23 de diciembre de 2014

Tregua Indefinida de Navidad 2014

Qué atractiva posibilidad la de pasar una Navidad en tregua. Y más aún, que este descanso no sea temporal, sino indefinido.
Para siempre. ¡Definitivo!!!

Si personalmente depusiéramos nuestras armas contra el mundo y nuestros semejantes, obtendríamos un panorama ya olvidado... Algo que viven solamente los habitantes de pueblitos "atrasados" y distantes de la "civilización moderna". Porque nosotros, aunque aparentemos otra cosa, siempre estamos batallando.

Nos agota la lucha, pero parecemos no cansarnos de ella.
Es tanta la costumbre de estar peleando o defendiéndose, que llegamos a temer la paz. 

La paz, -para los que nacimos dentro de los conflictos y alimentamos en nuestra vida esta tensión-, es algo tan desconocido, que no sabemos cómo actuar dentro de ella.

¿Qué tal que le sonriéramos al conductor imprudente que nos acaba de rebasar? ¿Para dónde irá? Que Dios le ayude a resolver su problema. Si más bien le desearamos que llegue a tiempo a su destino y logre distensionarse, ¿Qué perderíamos? ¿Podremos hacer eso?

Qué tal si le dijeramos a la cajera del banco que comprendemos su situación y que vemos cómo es de eficiente, a pesar de la larga cola que hemos tenido que hacer para cambiar un cheque?

¿Qué tal si le dieramos paso al peatón?

Qué tal si le regaláramos un minuto de conversación al mendigo, en vez de considerarlo una incomodidad en nuestro camino?

Colombia se enfrenta a una incipiente posibilidad de paz, que nos da miedo a los colombianos.
Nos da miedo ser engañados de nuevo. Burlados por quienes nos dejaron casi sin patria. Los que acabaron con nuestras comunidades, nuestra agricultura y nuestro turismo.

¡Sí que es difícil confiar!

Pero de lo contrario, ¿Qué nos queda?  ¿Seguir en la zozobra? ¿Continuar siendo un país "especialmente violento"?

Esta es una Nueva Era. El planeta transita por nuevas energías... ¡Démonos una oportunidad!

domingo, 21 de diciembre de 2014

Adultos Asperger


Deficiencia que se detecta bastante tarde en nosotros los que nacimos en el siglo pasado...
Sin embargo, es una explicación satisfactoria de por qué nos sentíamos bichos raros, extraterrestres... extraños totales en una sociedad de comportamiento masivo que era tan diferente de nosotros, sin que pudiéramos identificar exactamente en qué.

Con la teoría del Asperger (teoría de los expertos en autismo) se entiende lo malo y se entiende tambien lo positivo. Porque desde mi punto de vista, en medio de la incomunicación, vivir el Asperger también tiene sus cosas buenas, una vez que se ha madurado.

Es cierto que no es nada divertido carecer de amigos duraderos, tener relaciones escasas y pobres, y una comunicación convencional deficiente, especialmente con la gente que más queremos; porque eso puede hacer sentir muy mal a nuestros seres más cercanos. Pero desde el punto de vista individual, nos permite pasar por la vida sin rencores, angustias ni recuerdos. Ejemplo: Si nos insultan, no la cachamos sino después de años. Si nos indican gestualmente desagrado, tampoco lo notamos. Nos quedamos frescos. No somos gente de conspiración ni de complot. Tampoco de chismes, indignación ni revolución.

Un poco autómatas (como lo indica el término "autistas"), nuestras obsesiones se vuelven objetivos que aparentan dar sentido a nuestra vida... Y nos hacen pasar años de interés y estudio apasionado, aunque en un mundo sin significado. Como el de los demás.

Es una forma de ser diferente, porque algo en el cerebro es diferente... Fallan algunas conexiones que producen la emotividad y la sociabilidad. Como resultado, no nos gusta ser el centro de atención... y somos incapaces de trabajar en equipo o mantener una conversación informal; tampoco comprendemos muy bien las emociones de los demás. Sin embargo, nos concentramos fácilmente en detalles, somos muy inteligentes y si no nos doblega el matoneo, podemos llegar a ser lo que el mundo llama "exitosos".

Además, hay otra ventaja. Lo mejor: ¡Qué fácil se nos hace meditar!! Sencillo: Porque nuestra mente está casi en blanco todo el día! 

Pasados los 30 años podemos disimular casi totalmente (lo que no implica que no nos siga desesperando el ruido y la superficialidad aparente de la gente). Tratamos de adaptarnos, imitando lo mejor posible, haciendo papelitos de soplete cuando una conversación telefónica lo amerita, repitiendo ininterrumpidamente el nombre de la persona a la que debemos saludar para no olvidarlo, y atesorando momentos de soledad e introspección, porque somos filósofos permanentes. Finalmente, nos adaptamos, y solamente rogamos que no nos lleven a reuniones, ni nos hagan conversar: porque somos de una torpeza increíble en el lenguaje hablado (no así en el escrito).

A veces pasamos por insensibles porque no entendemos las expresiones de afecto... Hasta creemos que no existen; o que son fingidas... Y no: La gente lo siente. Y la gente llora por sus recuerdos, verguenzas y nostalgias. Eso nos sorprende. Vivimos un poco en el vacío de conducir un transformer que avanza sin motivo por el planeta.

Además, nuestra memoria es bien flaca, tanto para lo malo como para lo bueno. Así, dormimos delicioso y sin remordimientos, -por amnesia, pensaba yo-, soñando que sobrevolamos pueblos de fábula y verdor,  sin desvelarnos por lo sucedido en el día.

Por eso el Zen fue para mí un refugio de silencio e inmovilidad excelente: El vacío es forma y por lo tanto, ¡Mejor me quedo en el Vacío!

La conclusión es que identificar el síndrome ("síndrome" es todo aquel conjunto de síntomas para los cuales los médicos no tienen explicación), es una revelación maravillosa para el adulto Asperger, que se pasó la vida aislado y considerado como alguien raro e inquietante.
Y le sirve, igualmente, para corregirse en algo, esforzándose en atender un poco más las emociones que los demás expresan y aprender de ellos a expresarlas también. Logrará hacerlo, aunque sea de manera racional y programada; no tan espontánea como tal vez, suceda en el resto de la gente.

El caso es que aunque el Síndrome de Asperger fue desconocido hasta hace poco, existe muchísima gente con este desorden de desarrollo, por lo que no sobra contar esta experiencia para que los "normales" puedan regalarnos un poquito de comprensión.




viernes, 12 de diciembre de 2014

Musica Inspiradora. Fragilidad.



¿Quién se atreviera a borrar un pensamiento que gira y brilla, volando hacia el sol?

¿Cómo es que osa un ser humano en críticos momentos o de gran ambición,
atentar contra el hermano, su vibración creyendo desaparecer?

Límite imaginario es la carne, que de sólida poco exhibe:
Simple envoltura para la vista ciega.

Coloreada de hematítica rojez
que transita por dibujos en el aire. Sin embargo,
qué sacrilegio esfumarlo y qué triste ignorancia y soberbia con ello se demuestra.




"Fragile" 
 If blood will flow when flesh and steel are one
Drying in the colour of the evening sun
Tomorrow's rain will wash the stains away
But something in our minds will always stay
Perhaps this final act was meant
To clinch a lifetime's argument
That nothing comes from violence and nothing ever could
For all those born beneath an angry star
Lest we forget how fragile we are

On and on the rain will fall
Like tears from a star like tears from a star
On and on the rain will say
How fragile we are how fragile we are

On and on the rain will fall
Like tears from a star like tears from a star
On and on the rain will say
How fragile we are how fragile we are
How fragile we are how fragile we are 

Hermosísima versión en español, tambien cantada por Sting:

martes, 9 de diciembre de 2014

Estoy Disgustado porque Veo un Mundo que No Tiene Significado. UCDM. Lección 12.

Cuando yo era una adolescente, la Navidad era algo espléndido, no solamente porque nos reuníamos con nuestros parientes más queridos, como mi Tío Alfredo, -que para mi mal, siempre andaba en otro país-, sino porque era la oportunidad de dar.

Vivíamos de manera excéntrica para el momento, en las afueras de Bogotá en una sencilla quinta campestre de una fanegada y media de extensión, que mi papá compró el día de mi nacimiento; rodeados de campesinos que apenas sobrevivían en pequeñísimas parcelas, pues la ciudad ya estaba extendiendo sus tentáculos hacia el norte de manera física, además de que estaba tratando de absorber esa mano de obra barata para la industria de la floricultura.

Así que en la Navidad teníamos la gran oportunidad (así lo veíamos, como "oportunidad") de hacer felices por una tarde a los niños de los alrededores que caminaban aún con cotizas (alpargata cuya suela no era de fique, sino de llantas viejas) y carecían de cualquier lujo o diversión.

Así, mi madre coordinaba con el conductor de la fábrica de juguetes y convencía a otros vecinos y amigos, quienes hacían alguna donación de cuadernos, cuentos o dinero. El caso es que ese sábado a las 11 de la mañana empezaban a aprecer los chicos de la vereda con sus madres o abuelas, pues la noticia de la invitación había corrido velozmente por toda Tuna Alta. 

Nuestra propiedad se llenaba de colorido y bullicio de vocecitas, que recibían una a una sus regalos, a medida que ingresaban a Montecito, que era el nombre de nuestra casa. Se les daba un pedazo de ponqué y para brindarles a los niños se hacían unas 300 gelatinas, que se esfumaban en un minuto, pues nunca caíamos en cuenta de que las abuelas también querían comer. De manera que mi mamá y sus amigas corrían a suplir el faltante con cualquier cosa que encontraban en sus despensas (galletas, enlatados, pan, gaseosa, lo que fuera).

En resumen. Era un placer ver esa felicidad en los ojos de muchachitos, bebés y madres, que pasaban la tarde en nuestro jardín riendo y jugando. Y nosotros, los niños de la casa, sudando de tanto trabajar, maravillados con ese inusitado festín (educados por padres que no nos inculcaron superioridad alguna sobre los vecinitos, ni sentido de beneficiencia ni de caridad: la Navidad de los niños se hacía solamente por el gusto de hacerla y disfrutar luego de ese espectáculo fabuloso).


Ese día del año ¡Tenía significado!
Ni siquiera nos costaba mucho, porque todo eran donaciones. Pero tenía significado, como hasta hoy  ningún día de mi rutina tiene significado.

Así, para el general de nuestra cultura, es natural que nos sintamos disgustados secretamente en nuestro interior por la falta de significado en nuestras vidas; y hasta mostramos nuestro disgusto externamente, mediante el estrés y la neurosis, que desembocan en los más sensibles en depresión y cosas más graves como el suicidio. 

Porque la naturaleza del Ser es dar espontáneamente; y solamente dando se siente pleno y con propósito. El resto del tiempo se lo pasa acumulando (o tratando de acumular), en una lucha tenaz con los semejantes y con el mundo, que también reaccionan cada vez de manera más adversa y bloqueadora, generándole una gran insatisfacción.

Por eso el mundo que vemos nos disgusta; pues no tiene significado.

En otras palabras, en el fondo de nuestro corazón, sabemos que estamos perdiendo el tiempo.

Nuestra frenética actividad no nos lleva a ninguna parte, más que cuando actuamos por amor. Por eso la madre amorosa es un ser satisfecho, aunque físicamente parezca agotada. Porque amar y darse generosamente, tiene sentido; lo demás, no lo tiene.

La satisfacción de dar por el gusto de dar no se reemplaza con ningún exito laboral ni económico. Nada puede superar esa magnífica sensación que nosotros en esos días, sentíamos al ver la obra de nuestros padres, dando. Y nos marcó para toda la vida, aunque por épocas pareciéramos olvidarlo.

Y es así como ahora lo recuerdo y entiendo la Lección No. 12:

 Estoy Disgustado porque Veo un Mundo que No Tiene Significado

Este mundo así como está, no nos satisface. Estamos hechos para cosas mejores.

Y lo lindo es que con este ejemplo, pareciera que sí podemos cambiarlo: Hasta que un día de nuestra vida tenga significado.

Y luego dos.
Y luego tres.

sábado, 15 de noviembre de 2014

"Origins". ¡Se nos olvidó que estábamos en el Edén!!!!


 La película "Origins", "Volver al Origen", que sus autores han puesto gratuitamente a disposición de todos nosotros, muestra cómo en lugares casualmente intocados por el hombre, los animales conviven sin agredirse y compartiendo el ambiente de manera simbiótica. Todos son importantes y todos se respetan entre sí, pues encuentran todo lo necesario para su subsistencia.

Fue solamente cuando el hombre apareció y empezó a explotar a las demás especies, acaparando y destruyendo los recursos, que empezó la lucha por la supervivencia que vivimos ahora, que nos mantiene estresados, enfermos y deprimidos, y que ha llevado a la desaparición de valiosísimas especies vegetales y animales.

O sea que el planeta Tierra era realmente El Paraíso, donde Dios puso al Hombre!!!
Allí todo era inicialmente abundancia y el temor no existía!!



Belleza, paisaje, frutas, agua cantarina, atardeceres, eran el regalo de la Madre Tierra para sus seres... Para todos, no solamente para el ser humano.

Así que concluye la investigación que la forma de sobrevivir con calidad real de vida, es aprender del pasado. Volver a nuestros orígenes! Donde están pueblos, que en número muy reducido han podido salvarse del ataque de nuestra "cultura" y que deciden cada uno de sus actos pensando en las generaciones futuras. No en una, la de sus nietos, que puede ser la ocasional generosidad que nosotros alcanzamos... ¡Sino en las siguientes siete (7) generaciones!!!! Qué lejos estamos de ellos en nuestra inconciencia y egocentrismo.

¿Cómo fue que nos perdimos tanto, para quedar finalmente atrapados en el tiempo? Tiempo ilusorio que nos impide vivir plenamente en el presente ni disfrutar la simplicidad y belleza de la vida?

Volver al origen. Podemos vivir más simplemente. No necesitamos sino cuatro cosas para sobrevivir:
  1. Vivienda
  2. Agua
  3. Fuego (Energía), y 
  4. Comida
Y la comida es lo que en aras del enriquecimiento de las grandes multinacionales, nos está fallando, llevandonos a las enfermedades crónicas, la debilidad permanente y la depresión.

¡Pero podemos cambiar! Somos los consumidores. No le demos un solo peso a la industria que nos envenena. Exijamos la comida orgánica y natural, hasta que ésta se generalice por simple regla de oferta y demanda.

Apoyemos la eco-agricultura y la agricultura orgánica.


Y si tenemos la fortuna de poseer un pedacito de jardín, aprendamos a cultivar lo que más nos guste, en pro de la salud de nuestra familia y sin dañar el planeta.

¡Podemos ser la generación que detenga 
el generalizado estado de enfermedad 
del planeta y de la gente!

jueves, 2 de octubre de 2014

Demostración de la Fuerza del Qi-Gong

La energía creada por la práctica del Qi-Gong o Chi Qung es tan asombrosa, que casi pensaríamos que sus demostraciones son trucos de los maestros de este arte.

Pero no es difícil sentir la energía en las palmas de las manos y luego en la totalidad del cuerpo, después de unos pocos minutos de ejercitarse con los suaves y sencillos movimientos del Qi-Gong.

Y son suaves estos movimientos, porque no tratan de generar la energía a partir de esfuerzos musculares... Sino a partir de la concentración en el propio espectro de luz interna mediante la respiración.

El Qi-Gong nos enseña a almacenar la energía. Una vez aprendido esto, ya podemos aplicarnos al Tai Chi o a las artes marciales. Pero la base está en esa delicada gimnasia que nunca tensa los músculos y nunca hace movimientos rápidos ni fuertes, ni usa posiciones rectas ni en ángulos; más bien, siempre fluye en ondas y círculos.


Por lo anterior, a los hombres muchas veces no les gusta esta práctica. Muy suave, casi femenina, no pareciera producir ningún efecto corporal. Pero increíblemente, tonifica los músculos y hace más fuerte y ágil al cuerpo. Sincroniza la respiración y mejora la circulación y la capacidad pulmonar. Todo ello optimiza el funcionamiento orgánico general, reflejándose en una mejor salud y alegría permanente.

El maestro Wong Kiew Kitt dice que no es posible estar enfermo si se practica el Qi-Gong. Incluso, anima a personas enfermas a participar de sus cursos de Qi-Gong, para darse luego el gusto de exponer al personaje tras las primeras sesiones, ya curada.

Esto que hemos dicho, tal vez suene común y repetido por muchas disciplinas. La real fuerza energética del Chi se puede concentrar por un maestro experimentado de Qi-Gong, para doblegar a más de 15 atacantes simultáneos, ¡Sin ni siquiera tocarlos!

La suerte es que en esta maravillosa época en que estamos viviendo, siempre aparecerá un curso de Qi-Gong sabatino en cualquier parque o centro cercano a nuestra casa. ¡Animémonos a probar! Es cuestión nada más de ensayar... y luego se volverá hábito y bienestar.

lunes, 29 de septiembre de 2014

Un Universo de Frecuencias


La Percepción en la que funcionamos actualmente y luego la Visión, que mostrará la Realidad sin manchas ni distorsiones, se dan porque estamos sumergidos en un Universo de frecuencias. Eso es la Creación. Frecuencias altas y bajas, resultantes de un canto, una nota inicial, algo que generó la vibración y que probablemente está relacionado con nuestra propia voluntad.

Así, se comprende que no hay nada contra qué luchar, ni nada qué solucionar.
Conceptos como la Paz y la Salud, no tienen existencia en sí mismos, sino que son parte de las frecuencias, la sopa energética en donde todo toma forma... Donde se materializan las cosas y los pensamientos.

Entonces, tal como nos enseñaron en clase de Física, visualicemos la Creación como una escala de frecuencias, con sus respectivos colores, olores y sensaciones, que se originan en una vibración baja y se elevan hasta la más alta, escalonadamente, hasta llegar a la Última, donde no se puede subir más, porque esa es la Realidad: lo no creado; lo que está fuera del Tiempo y del Espacio. Es el Eterno y Sublime estado de Dios, que nosotros mismos, por ser parte de Él, compartimos inconcientemente.

Así, con este modelo, podríamos decir que todos los ídolos que nos atrapan y nos martirizan con la orquestación del Ego, tienen su propia vibración, con la que nos podríamos sintonizar y a la que incluso, nos podríamos apegar, de manera masoquista. 

Por ejemplo: la Enfermedad es un estado obtenido al vibrar en un nivel determinado y de allí no se puede salir, más que cambiándose de escalón. No tiene sentido buscar en él soluciones, shamanes, medicamentos, tratamientos, magias. La solución es dar un paso más hacia adelante y la enfermedad desaparecerá, porque su realidad es absolutamente ilusoria.

Igual nos pasa con la Guerra. Nosotros soñamos con la Paz, pero nos mantenemos en el nivel de la Guerra, saboreándola, casi que disfrutándola de manera insana, porque estamos convencidos de que se la podemos atribuir a "otros" personajes externos. Supuestamente ellos crean el estado conflictivo que nosostros, santurrones, no deseamos. Y nos empeñamos en luchas de varias formas (frontales con armas, o con la pluma o con nuestras palabras) contra ella.

Pero allí no está la solución, porque si nos mantenemos en el nivel de la Guerra, solamente hallaremos agresión y egoísmo. Es necesario que individual y colectivamente migremos al nivel de la Paz, que se supone añoramos tanto. Allí no podrá haber peligros ni daño a los semejantes, porque eso es totalmente ajeno a la frecuencia en que está. Pero debemos desearlo de corazón. No va a suceder automáticamente.

Y pareciera además, sin ser demasiado mal-pensados, que hay quienes quieren mantener nuestras mentes atadas a ese nivel, proveyéndonos diariamente de nuestra dosis de imágenes y noticias negras y rojas, para que creamos que a nuestro alrededor no hay más que eso. Y que permanezcamos muertos de miedo en una inacción total.

La Paz, entonces, al igual que en el ejemplo de la Enfermedad, tiene su propia vibración y de nosotros depende colocarnos en ella en un nivel superior. Es cuestión de sintonizarnos con esa luz que debe existir más arriba.

Entonces, llegamos a la conclusión de que pocas cosas deberían ocuparnos dentro de este sueño. Nuestro objeto es el Despertar... la Salvación que pregonan las religiones... Y ¿cuál es ése nivel redentor de frecuencias? Pues el más alto. El de la Divinidad. El Todo.

Si aspiramos al nivel más alto, todo lo demás se solucionará instantáneamente, porque era una ilusión.

Entonces, nosotros que confiamos en la meditación como camino, ejercitémonos durante esos ratos de silencio en conectarnos con la frecuencia más alta. La del Uno; la del Padre Creador, donde todo es perfecto y pleno de amor, único ambiente en el que lograremos recuperar la Felicidad, porque compagina exactamente con nuestra verdadera esencia.

Como complemento a lo que sintetiza esta página de hoy, puede verse un artículo escrito en la Biblioteca Pléyades que apoya lo propuesto aquí y explica algunos detalles más:



domingo, 28 de septiembre de 2014

No Soy Un Cuerpo. Soy Libre. UCDM. Lección No. 199.


En el Japón antiguo, un comerciante de sedas conocido en su pueblo por su buenos sentimientos y su honestidad, tuvo en un viaje que cruzar un sendero solitario y peligroso, donde se le apareció un gigantesco y feroz ogro que producía un hedor inaguantable, con colmillos sangrantes y de aspecto definitivamente hambriento.

En este cuento budista, apenas el ogro vió al buen hombre, le anunció que iba a devorarlo, y se abalanzó sobre él sin tener en cuenta sus súplicas. El buen comerciante entonces, se acordó de la diosa Tara, a la que siempre le había tenido una gran devoción y la invocó pidiéndole protección.

La diosa apareció inmediatamente, pero ello no intimidó al ogro, quien de un mordisco se comió el brazo derecho del comerciante.

Tara reaccionó arrancándole un brazo al ogro y colocándoselo en su lugar al hombre.

Entonces el ogro le arrancó el brazo izquierdo al aterrado hombrecillo y lo engulló de un solo bocado. La diosa, rápidamente le arrancó el otro brazo y se lo puso al hombre.

Y así continuaron con una pierna, luego con la otra y finalmente, cuando el ogro se le comió al buen hombre la cabeza, Tara le colocó en reemplazo la del monstruo.

Una vez pasado el peligro, la divinidad desapareció dejando al comerciante en una gran confusión, en mitad el camino: Con el cuerpo total del ogro...

¡Qué horrible sensación! Pero si tenía cuerpo de ogro, entonces, ¿Quién era él?

Allí viene lo profundo y filosófico del koan budista: ¿Soy mi cuerpo?
O mejor dicho: ¿Quién soy sin mi cuerpo?.
O peor: ¿Quién soy en el cuerpo de un ogro? ¿El ogro? "¡No! ¡Yo no seré jamás el ogro!" dijo el buen hombre en el cuerpo del monstruo. Pero entonces, ¿Quién soy?

Es equivalente esta idea oriental a la Lección 199 de Un Curso de Milagros, en la cual lo que debemos repetir y aprender, es: NO SOY UN CUERPO. SOY LIBRE:


Esta posición ante el cuerpo es realmente liberadora, porque rutinariamente, un alto porcentaje de lo que hacemos va dirigido a él, a su cuidado exagerado, al "mejoramiento" de su aspecto y a su seudo curación.

A la vez, es lo que fomenta nuestros egoísmos y sentimientos de separación, haciendonos sentir solos y desprotegidos en esta existencia.



sábado, 13 de septiembre de 2014

Música Inspiradora. Tienes un amigo.


Un amigo es algo que se da silvestre... alguien que aparece cerca sin que uno lo note... sin buscarlo, sin esfuerzo... y se hace parte de nuestra vida para siempre.

Suceso que pasa muy pocas veces en la vida.

Acontecimiento que posiblemente requiera conjunción especial de estrellas y astros y una geoposición privilegiada y única.

A veces ese amigo se vuelve un amor, o a veces un recuerdo. Pero en todo caso, hasta el fin de la vida nos reconforta saber que está en alguna parte. En este planeta o tal vez en otro.


Oigamos al respecto a James Taylor con la inspiradora canción de Carol King, You got a Friend:






lunes, 8 de septiembre de 2014

El Guía del Futuro.


Mucho se discute sobre la religión del futuro. Se habla de la unión de todos los credos (cosa que cada día se ve más lejana al seguir enfrentándose las religiones en cruentas guerras). También están los ilusionados con que el carismático Papa Francisco I (al único que no se le llama con el número de sucesión, pues todos tenemos la sensación de que no habrá Francisco II) sea quien aglutine el mundo alrededor de una renovación. Y finalmente, un grupo cada vez creciente de personas que sienten que las religiones están venidas a recoger y ya no tienen ninguna utilidad en una Humanidad más pensante y conciente.

No obstante, probablemente en ninguna de esas alternativas está la solución. Más bien está en lo que dice en uno de sus últimos capítulos el Libro de Urantia, refiriéndose a la figura siempre actual de Jesús. Él se aproxima fácilmente al corazón de la gente, siempre y cuando no se contamine su imagen y sabiduría con dogmas e intereses económicos.


Sacado Él de los ritos y el dominio de las masas, y desempolvada su palabra, es el guía del futuro en el que ya entramos. Su espléndido ejemplo sirve para regenerar nuestra desconcertante existencia, dándole un rumbo satisfactorio y un propósito, que es lo que más nos hace falta.


Veamos el texto:

10. El Futuro

(2084.1)  El cristianismo rindió indudablemente un gran servicio a este mundo, pero a quien más se necesita ahora es a Jesús

El mundo necesita ver a Jesús vivir nuevamente en la tierra, en la experiencia de los mortales nacidos del espíritu que efectivamente revelen el Maestro a todos los hombres. 

Es fútil hablar de un renacimiento del cristianismo primitivo; debéis seguir hacia adelante desde donde os encontráis. La cultura moderna debe volverse espiritualmente bautizada con una nueva revelación de la vida de Jesús e iluminada con una nueva comprensión de su evangelio de salvación eterna. 

Y cuando Jesús así se eleve, él atraerá a todos los hombres hacia él. Los discípulos de Jesús deberían ser más que conquistadores, aun fuentes colmadas de inspiración y de un vivir elevado para todos los hombres. La religión es tan sólo un humanismo exaltado, hasta que se la haga divina mediante el descubrimiento de la realidad de la presencia de Dios en la experiencia personal.

(2084.2)  La belleza y la sublimidad, la humanidad y la divinidad, la sencillez y la singularidad de la vida de Jesús en la tierra presentan un cuadro tan impresionante y atractivo de la salvación del hombre y de la revelación de Dios, que los teólogos y filósofos de todos los tiempos deberían reprimir el atrevimiento de formular credos o crear sistemas teológicos de esclavitud espiritual a partir de tal autootorgamiento trascendental de Dios en la forma del hombre. 

Con Jesús el universo produjo un hombre mortal en quien el espíritu del amor triunfó sobre las desventajas materiales del tiempo y trascendió el hecho del origen físico.

(2084.3)  Recordad siempre —Dios y los hombres se necesitan mutuamente. Son mutuamente necesarios para el alcance pleno y final de la experiencia de la personalidad eterna en el destino divino de la finalidad universal.

viernes, 5 de septiembre de 2014

¿Por qué pienso lo que no me conviene???

Es importante observarse a sí mismo. 
¡Ensáyalo! 


Mírate desde fuera, como si fueras un extraño.


Asombroso es el resultado, porque creemos que somos una cosa (inteligentes, concientes, exitosos, seguros, tal vez) y en realidad somos una mata de temores que acarrea sus propias fallas y desgracias.

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Porque estudiamos teorías de superación y hacemos cursos de filosofía y programación neuro lingüística, para inmediatamente olvidarlo todo en el día a día.

Entonces, la clave es mirarse, comenzando con los pensamientos.
Creo que ahí está la razón del envejecimiento. Ahí está la diferencia entre joven y viejo: El joven no sabe mucho. Está ingresando a la vida con cierta curiosidad, esperando qué? ¡AVENTURA! ¡SORPRESAS! (Puede que después termine envuelto en las drogas o en algo equivocado.... Pero el punto es que partió esperando maravillas)

En cambio, nosotros, los maduritos que pensamos que nos las sabemos todas porque ya hemos pasado por muchas cosas en la vida... Cuando pensamos en hacer algo, ¿Qué es lo primero que hacemos? ¡ANALIZAMOS LOS RIESGOS! En nuestra tontería tomamos partido por la fracción de posibilidades que implicarían que la actividad fallara.  ¡Increíble! ¡Pareciera que lo que queremos averiguar es cómo se hace para que esa actividad se malogre!

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No visualizamos lo que nos convendría, sino que le dedicamos nuestro tiempo y desvelos de media noche a evaluar (como todo un adulto), lo que podría salir mal.

Dizque para evitarlo (¿No será realmente,  para tener una disculpa para abandonar nuestro ideal sin remordimiento?)

Y no es que esté mal ser precavido...
El problema es que le damos tanto espacio en nuestra mente a las posibles fallas, que se arraigan allí,
precipitando precisamente lo que queríamos evitar.

Y la ilusión por el deseo que queríamos inicialmente concretar, ¿Donde quedó? Perdida. Olvidada. Perdió importancia. Es lo que tiene menos posibilidades. Lo que menos recordamos. Ni tenemos entusiasmo ni alegría ya ante el proyecto.

Nos parece que no es necesario tener lo deseado en mente, porque lo primero es analizar los riesgos.

Y con esto, simplemente, actuamos al revés de como actúa el Universo. 
Atraemos con nuestros pensamientos adversos, aquel resultado que no queríamos. 

Vale así el refrán:

EL TEMOR GENERA LO TEMIDO

Por ejemplo. En estos días en que me estoy observando con detenimiento, me doy cuenta. 
Mi cabeza no dice: "Quiero resolver este problema financiero". 
En cambio, mi cabeza martilla: "Estos problemas financieros pueden llevarme a la quiebra. No sé qué hacer".  Y ando por toda la ciudad con ese letrero inconciente.

Por qué más bien no digo: "Quiero regresar a mi habitual abundancia". ¿POR QUÉ???????
(Si mantuviera en mi cerebro la abundancia que supuestamente tanto me gusta, otro sería el resultado. No este círculo de estrés.)

Concluyendo:

Miremos nuestros pensamientos para eliminar todos los que no están alineados con lo que queremos lograr en la vida.

Actuemos un poco como los jóvenes. Arriesguemos un poco, sin descalificarlo todo por adelantado, saltando al mundo con la imagen de nuestro objetivo anhelado, permanentemente en nuestra frente y en nuestro corazón.


Así, las leyes de la energía, de la atracción, -que son impersonales y trabajan automáticamente-, se verán impelidas a concretar esa imagen feliz que está dibujada en mi mente y que es la que me impele a moverme y a esforzarme por el objetivo deseado.

Eso sí, Se necesita disciplina.

Pero aún en nuestra soberbia de adultos que ya todo lo han visto, podemos aceptar el reto de mantener en nuestro pensamiento ese mundo mejor que añoramos y también, esa pequeña o grande satisfacción que nos merecemos y para la que pareciera que no nos creemos dignos.

Un sistema podría ser hacer una corta lista de lo que queremos mantener en mente, redactada en absoluto positivo y si fuera posible, con imágenes que se pudieran visualizar fácilmente.

Y esta lista, dejarla a la mano para repasarla mientras se memoriza y es fijada en nuestra mente, casi obsesivamente. Tener presente nuestro objeto y confiar en que lo merecemos, son la clave.



sábado, 2 de agosto de 2014

Nuestro escenario: Urantia

Si se pone uno a pensar en la hermosura de nuestro planeta, adornado con cascadas, lagunas, montañas, playas, picos nevados, azules cielos, sonidos de brisa entre hojas de mil especies arbóreas distintas, que a su vez son hogar de aves de colores de inspiradores cantos...

¿De qué Cielo es reflejo esta belleza?

Y si absteniéndose de la idea de un Creador externo, si acepta que es una proyección cinematográfica, la ilusión colectiva resultante de los pensamientos de la Humanidad, solamente queda concluir que nuestro planeta surgió en épocas en que el ser humano era más "humano" o al menos, más simple... más ingenuo... Más bello interiormente. Más armonioso...
Gente de cuya mente emanaban ideas bonitas.

Porque, en cambio, lo que estamos creando con nuestros pensamientos y esfuerzos ahora, es frío y caótico; si no violento.

¿Quienes fueron quienes crearon entonces nuestro astro, esa Urantia preciosa, escenario equilibrado y perfecto que aún se mantiene en algunos sectores no arrasados todavía por el "rey de la creación"? 

¡No creo que hayan sido cavernícolas greñudos!

Debieron ser civilizaciones perdidas en el pasado, que alcanzaron elevados niveles de sabiduría y estética, quienes mediante su pensamiento colectivo plasmaron el agradable telón de fondo de nuestro sueño. Seres que ya no están, definitivamente con nosotros.

¿Serían atlantes o lemures? ¿Viajeros del tiempo o del espacio implantados en divino experimento? Sabios sonrientes: artistas del pensamiento. Gente que sabía que era hija de la Luz. Gente de la que quedan recuerdos tenues en la arqueología y los mitos.

En todo caso, no eran como nosotros somos actualmente.



La Rueda de las Encarnaciones

Budistas e hinduístas han interpretado la existencia como una rueda sin fin de encarnaciones, en la cual el alma asume la experiencia de los seres más elementales hasta los animales y el ser humano, pasando por los minerales y los vegetales. Luego pasa al nivel de los héroes, los "superhéroes" -en nuestro lenguaje occidental-, llegando a los espíritus angélicos, los hambrientos y hasta demoníacos... Vuelta a empezar. El objetivo es entonces, lograr salir de esa espiral eterna, en la que nos enredamos unos con otros, nos agredimos, nos perseguimos, nos volvemos dependientes... ¡La locura!
Según esos místicos, tras la muerte, la siguiente experiencia o encarnación estará determinada por:
  1. Las obsesiones
  2. Los deseos insatisfechos
  3. Las cuentas pendientes (culpabilidad, odio) y 
  4. Por los pensamientos dominantes en el momento de la muerte.
Probablemente es así. Con la visión del Durmiente, esto tiene mucha lógica: Porque lo que aparentemente hacemos no es "reencarnar", sino saltar de un sueño a otro, en una cadena que no termina nunca... Y el siguiente se fabrica sobre los pensamientos dominantes del anterior. Los que nos obsesionaron. Los que no pudimos soltar.

Así, que nada más lógico que la urgencia de zafarnos de apegos, rencores y recuerdos (incluso cuando son recuerdos bellísimos); porque no queremos quedarnos para siempre dando vueltas en aventuras que no nos llenan y que al final fallan. 

Tengamos en mente que el pasado no existe más que en un destello de la mente del Durmiente... Una fracción de segundo en la que ocurren un montón de acciones inconexas. Por suerte, sin consecuencias reales ni implicaciones que nos puedan dañar a nosotros ni a los demás, aunque de momento nos parezca lo contrario y creamos que los errores son irremediables. Pero, entandamos: ¡Es un sueño! No le demos una trascendencia que no tiene. Podemos acabar con esta rueda si somos concientes de ella.

Entonces, a medida que nos acercamos a la despedida de esta ilusión, esforcémonos por irnos deshaciendo de ese equipaje que nos ha venido poniendo encima el Ego día a día. No lo necesitamos. Lo permitimos, por bobos... Pero no hace parte de nuestro verdadero ser. Por eso pregunta el koán: "¿Cómo era tu rostro antes del nacimiento de tus padres?" En esencia no tenemos rostro bonito ni feo... somos pura Luz.

De manera que quitémonos etiquetas y ropajes. Volvamos al Ser esencial, para que en el momento de la "muerte", no haya nada que nos jale hacia abajo, y nos lleve a seguir durmiendo y a seguir sufriendo pesadillas de penas o de gloria efímera.

Y ¿cómo lo hacemos? Igual que al meditar: Miremos pasar los sucesos cotidianos como quien ve pasar las nubes arrastradas por el viento por una ventana. Qué no nos marquen ni nos afecten.
Que nada se nos quede pegado. Que no haya recuerdos qué rumiar, ni para bien ni para mal. Para que en el momento crucial estemos vacíos y libres, de manera que el Ego no nos pueda poner a escoger entre nada y nada. 

¡Confío en que así lo burlaremos brillantemente!

domingo, 22 de junio de 2014

Meditación del Instante Santo


Recuerdo guías de meditación budistas que recomendaban imaginarnos sentados frente a un lago con suave oleaje, mientras acallábamos nuestra mente paulatinamente, para que el agua empezara también a calmarse, hasta el punto de que su superficie fuera un espejo donde se reflejara la Luna llena.

De manera similar, en la meditación del Instante Santo, -llamada así, porque nos hacemos el propósito de lograrlo al menos por un instante-, fijos en el presente, anclados en el momento actual, sin dejarnos tirar hacia atrás por el pasado ni preocupar o ilusionar por el futuro, es posible entrar en una especie de callejón que conduce directamente hacia el centro de la Galaxia de Galaxias, que se avisora desde uno de los millones de planetas que debemos saltar como piedras de río, con el fin de llegar al Otro Lado: a las cercanías del Paraiso...

...Visión espectacular de la que ya nada mundano puede distraernos... Cesa la lucha por mantenerse en meditación, porque la meditación misma nos absorbe.

Nos hemos colocado en el centro de nosotros mismos y de allí nadie nos puede mover.

Agazapados en nuestro pequeño planeta fronterizo, como el Principito, escudriñando en la distancia ese relámpago de luz brillante en espiral, suspiramos por el anhelado Retorno al Hogar. Como el hijo pródigo. Sin saber si allí alguien tal vez nos espera... Como en efecto, Alguien nos espera con ansia y amor.

Respiramos profundamente y nos damos ánimo para dar el salto. El Gran Salto. Tal vez lo que otros llaman La Ascención. La Sublimación. El Trascender. El Samadhi. Y.. ¡Qué sorpresa! no se requirió de más que de un pequeño esfuerzo de nuestra parte, un romper por un momento el miedo y saltar, para que una Fuerza indecible nos acogiera, conduciéndonos al centro mismo de lo más brillante de esta nebulosa.

Nos abandonamos al vuelo delicioso y fresco, libres por primera vez, seguros de que nada malo puede suceder y concientes de nuestra eternidad y totalidad.

Es allí cuando el lago budista, hecho de millones de estrellas con sus satélites y meteoros, se muestra a nuestra vista con sus olas doradas y de suavidad infinita.

Termina nuestro salto cuántico, lanzándonos de cabeza como campeón de natación en ese mar dorado de Amor que ondula en música y abraza maternalmente. Quedamos con el cuerpo cubierto de partículas de oro... Como en Guatavita cuando se investía el nuevo cacique: el Zipa.


La sensación del ingreso es neutra, pero vital y poderosa. Entramos en el líquido fotónico y nuestros brazos se ven cristalinos al nadar bajo la superficie. Caemos en cuenta de que el resto del cuerpo tambien se ha hecho transparente.

El transparente de una gota de agua que cae en el mar:



Entraremos en nuestra escencia. En nuestro origen. Por un instante estaremos en el corazón de Dios.

Ese es el Instante Santo. El instante de unidad. Del retorno.

Ya no habrá diferencias entre Dios y nosotros... No habrán límites que nos separen de Él, ni de ninguno de nuestros semejantes...

Flotando en el lago dorado, sin ninguna separación de él, ¡Porque ya seremos el mismo mar de polvo de estrellas de oro!

La mejor sensación que podemos experimentar aquí. Con la práctica, podremos prolongar poco a poco este instante, hasta que llegue el momento del despertar total. ...Que a lo mejor, no está tan lejos como nos tememos...

martes, 10 de junio de 2014

Atón Ra, el Sol

En nuestra investigación del autoconocimiento, -porque averiguar quienes somos es un impulso fortísimo, una necesidad imperiosa-, sentimos algo dentro que nos identifica con la LUZ. Y sin entenderlas bien, hacemos definiciones semi sofisticadas alrededor de que "Somos Luz", "El Universo es un destello de Luz y "No existe más que la Luz". Y sí. Así debe ser.

Los egipcios adoraban a Atón Ra, el Sol y sabían que venían de Él y que sin Él no tendrían vida ni existencia. Le hacían templos y reverenciaban su salida en la mañana, y su desaparición aparente en el atardecer. Aquí un fragmento del Himno a Atón:

Tus rayos alimentan todos los campos,
Cuando brillas, ellos viven, ellos crecen para ti;
Tú creas las estaciones para desarrollar toda tu obra:
El invierno para refrescarlos, calor para que te sientan.

Tú has creado el lejano cielo para brillar allí, Para contemplar toda tu obra,
Tú solo, brillando en tu forma de Aton, Elevado, radiante, distante, cercano.

Tú creas de ti mismo millones de formas, Ciudades, pueblos, campos, el curso del río;
Todos los ojos te observan por encima de ellos, Pues tú eres el Aton de las horas del día sobre lo alto.
Tú estás en mi corazón,
Todos aquéllos en la tierra salen de tus manos cuando los creas,
Cuando amaneces ellos viven, Cuando te pones ellos mueren;
Tú eres el tiempo vital en todos tus miembros, todos viven gracias a ti.

Todos los ojos están puestos en tu belleza hasta que te acuestas,
Todas las labores cesan cuando descansas en occidente;
Cuando te levantas haces que todos se apresuren por el Rey,
Todas las piernas están en movimiento desde que fundaste la tierra.


..Y nosotros, en nuestra triste soberbia, pensamos que los egipcios eran paganos ignorantes; a pesar de que, si lo pensamos bien, el Sol, la fuente de energía de nuestro sistema solar, es el mejor símil para mostrar quiénes somos.


Modernamente entendemos que los "cuantos de luz" o los "fotones" o los "quarks", como queramos llamarlos, no son entes individuales, independientes de la fuente que los generó. Analizando el fenómeno, podemos comprender que un rayo de luz no se separa del sol al iluminar la Tierra en la mañana. Mantiene su conexión, pues de lo contrario, perdería su poder energético y dejaría de iluminar.

Qué buen símil para un concepto tan difícil para nuestra mentes y nuestros egos, cuando tratamos de entender que el Creador es Uno y no hay nada aparte de Él... Cuando nos dicen que salimos de Él y que en esencia somos lo mismo que Él... Cuando las instrucciones canalizadas desde una sabiduría incomprensible nos explican que nuestra búsqueda, apenas empezada, ya ha finalizado: que no hay que hacer sacrificios ni grandes esfuerzos para regresar a la Fuente, ¡Porque nunca nos hemos separado de Ella!

Se acaban los ideales épicos. No es necesario ser un valiente cruzado. Los sacrificios que exigen las religiones dominantes, no tienen sentido. No hay nada que nos tengan que perdonar. Porque somos inocentes por naturaleza...  por herencia divina... Intrínsecamente impecables.

Solamente requerimos "abrir los ojos", recuperar la Visión correcta y "ver" la Realidad, en la cual somos parte de Dios y nunca nos hemos alejado de Él, a pesar de nuestros múltiples sueños de aventuras en planetas lejanos y extraños. A pesar de las mil personalidades que hemos adoptado... Los múltiples rostros de Brahma...

Los diezmil Budas somos nosotros: Perfectos, además.


Lo que pasó, simplemente, es que nos pusimos a mirar para otro lado. Nos sumimos en lo denso, por jugar... Y ahora estamos perdidos en nuestro mismo jardín. Pero no hay nada qué temer. ¡Somos! Somos los que Somos.

Dejemos de sentirnos huérfanos y en oscuros Valles de Lágrimas. Deshagámonos de los tristes dogmas y cuentos oscurantistas que buscaban mantenernos atados por el miedo y la culpa.

Somos el bailarín rayo de sol, libre como nadie, 
hermoso como ninguno...  
¡Energía poderosa, eterna e infinita!

lunes, 26 de mayo de 2014

¡Quiero Ver las Cosas de otra Manera! UCDM. Lección 21.

Nuestra forma de mirar a las cosas y a la gente, no nos ha hecho felices. Eso es un hecho.
¿Por qué? Porque la percepción usual nos mantiene en combate. En alerta militar. Cualquiera nos puede atacar (como en las instrucciones de Morfeo a Neo en Matrix: Todos potencialmente son enemigos). Nos mantenemos en competencia contra todo y cualquiera puede traicionarnos.


El Curso de Milagros es un entrenamiento mental que nos lleva a la paz y a ser felices. Entonces, apliquemos su lección 21: "Estoy decidido a ver las cosas de otra manera".

Aceptemos la posibilidad de que hay otras perspectivas que nos evitarían ese malestar que se llama ira.

Practiquemos analizando los pensamientos, personas y recuerdos que nos producen ira... aunque sea leve (a pesar de que la ira siempre es ira. No tiene graduación):


Desconfiamos de todos y de todo. Lo que nos hace sentir separados e infelices.

Intentemos entonces una visión más amplia y compasiva. 
Veamos alternativas en las situaciones, en lugar de calificar cualquier movimiento como un ataque personal. 
¿Tratamos?

jueves, 22 de mayo de 2014

Renuncia a la Perspectiva Evolutiva.

Generalmente se nos da lo que pedimos.

Por eso es que Mike Dooley dice: "Ten cuidado con lo que piensas, porque se puede volver realidad".

Yo me pasé la vida pidiendo una cosa.
Y a lo mejor hubiera sido mejor pedir otra. Podría haber pedido "despertar", que es el motivo actual que me mueve y lo que hubiera sido más práctico y directo. Pero no lo hice. Toda la vida, como lo muestra incluso mi presentación en este blog, pedí "entender".

Armar el rompecabezas para ver el conjunto. Y parece que se me está dando. Entiendo mucho más ahora que antes... Le veo más lógica a este viaje, a este sueño... Pero con frecuencia me encuentro al borde de la desesperación, preguntándome cómo salir de aquí. Cómo despertar. (Queda entonces, solamente, pedir a nuestro Maestro Interior instrucciones para regresar a nuestro hogar. No hay más).

Entiendo ahora, porque tengo destellos en que el panorama se hace más claro... Lo que no quiere decir que sea menos agobiante: Partimos de la máxima inmersión en la materia y vamos recorriendo mundos y realidades que nos llevan a mejorar nuestra vibración, al punto de que podamos despertar, y al hacerlo, estar al nivel requerido para asumir esa radiante y fabulosa existencia en Dios.

El Libro de Urantia, útil para aquellos estudiosos que disfrutan conociendo los detalles (no es mi caso, pues soy generalista y me declaro incapaz de ver las minucias), describe en sus miles de páginas reveladas a un canal durmiente por varias entidades avanzadas, la estructura de la Creación con siete Universos, cada uno con billones de planetas habitados y toda una organización para gobernarlos. Esto último, por medio de seres elevados que todo lo hacen de manera perfecta y por amor.


El ser humano, entonces, viaja de mundo en mundo siempre en dirección al núcleo central, el Paraíso donde moran Dios y todos los que han regresado a Él. Un sitio pleno de gozo y de totalidad. Bien. 

Pero el concepto básico es la evolución espiritual, que es la que se construye de vida en vida (a la manera budista), pero que me hace sentir una desesperación tremenda cuando veo con qué lentitud aprendemos. De manera que son eones lo que nos falta recorrer a este paso nuestro. Porque es tan poco lo que avanzamos... 

Reviso mi propia vida actual y a veces veo que como que anduve de para atrás. Nací sabiendo mucho y paulatinamente todo lo olvidé y toda la sabiduría espontánea que tenía la perdí.  Cuando miro el trayecto faltante, a la luz de la descripción de Urantia, llegar al centro implicaría NUNCA más juzgar. SIEMPRE perdonar al otro y SABERNOS verdaderamente parte del aventurero hijo de Dios. ¿Cuántos siglos necesitamos para que estas creencias se impriman en nuestro ser? ¡Me imagino que muchíiisimos!!

Hagamos entonces hoy el propósito de vigilarnos cada minuto de nuestro día. De pedir ayuda permanentemente al Maestro Interno, o Espíritu Universal, o Espíritu Santo... Porque no tenemos tiempo que perder.

El propósito es despertar. Visto en perspectiva, definitivamente a mí no me interesa recorrer mundos de adeptos, ángeles, serafines ni querubines. ¡No quiero subir por la escalera! ¡Yo quiero el salto directo al Centro! Me cansé de esta aventura. Quiero irme para la Casa.


domingo, 18 de mayo de 2014

El Milagro Musical

Siempre he sentido que la música que sintoniza con nuestro propio interior es algo que trasciende esta existencia. Como que es una vibración diferente... Que no está hecha de la misma burda materia de este mundo.


  • No se puede localizar en ninguna parte.
  • No se puede asir, pues fluye constantemente sin que podamos detenerla.
  • Su propia esencia es dinámica y conjunta, por lo que una nota aislada no sería nada sin las demás, que la enlazan y la introducen en ese sube-y-baja de la armonía y mucho menos, si llegara a detenerse.

Asumo que los sueños y la música son del mismo material. Flotan por ahí y hacen de las suyas sin que los podamos controlar ni meter en el bolsillo.

Tratando de explicar este fenómeno, en otra época pensaba que la música era tal vez un enlace con otras dimensiones, como aquella que me importaba mucho en otros tiempos: el astral. Creía que la música era un atisbo del siguiente nivel de conciencia y que posiblemente éste (el astral) estaría hecho de música.

Sin embargo, ahora me doy cuenta de que la música deriva su encanto y fantasía que nos atraen inevitablemente, del hecho de que SUCEDE EN EL PRESENTE. No es posible oír ni componer, ni ejecutar música en el pasado ni en el futuro. La música es un atributo del presente. 

Canto en el ahora. No en el mañana.

Me siento a oír un lieder de Beethoven en este momento y por eso lo disfruto. Me lo como. Lo saboreo. Me acaricia o me enardece. Me hace sentir consciente de que existo y por ello soy capaz de ser receptor de esa vibración mágica que es capaz de afectarme, al punto de hacerme sentir nostalgia o dicha. Es capaz de cambiar mi estado de ánimo cuando estoy triste, llevándome al entusiasmo y al renacer.

La música por eso, es vida y aún más: ¡Es conciencia de existir!

Es fácil concluir entonces que su incapacidad de disfrutarse en el pasado o el futuro (como sí podemos hacer con nuestros recuerdos y proyecciones), le da su gran valor e importancia por estar en el instante cero. En el momento presente. En el único tiempo que realmente existe. Y en que no se deja sobornar por el ego para que aparezca como algo decadente y moribundo. Ella siempre será lo que es, porque está en el hoy.

Entonces, usemos la música como un instrumento en nuestra práctica de volver al Presente para poder reconocer la Eternidad, que no es más que nuestra conciencia del instante actual, inmóvil, abarcador, gozoso e incluyente.

Dejo acá una grabación a la que vale la pena darle el tiempo, sin angustias ni afanes, haciendo un esfuerzo por liberarnos del ego que reclama su importancia, diciendo que "no puede perder tiempo" y que tiene muchas cosas qué hacer, distintas de dedicarle una hora a que los sonidos entren por sus oídos e iluminen su corazón.


domingo, 4 de mayo de 2014

¿Existe el Pensamiento?

La única posibilidad de escapar de ese algo indefinido que llamamos "pensamiento", es estar en el presente. Ya lo hemos discutido otras veces. Lo sabemos, al menos teóricamente.

Pero lo que quiero desarrollar aquí hoy es la situación inversa, que me ha representado un interesantísimo descubrimiento:  Los pensamientos no tienen ninguna realidad. Son reflejos en el pasado y espejismos en el futuro; nada más. ¡PERO EN EL PRESENTE NO EXISTEN!!

Y el Presente es lo más cercano a la Verdad que tenemos.

Eso es lo que sucede en la meditación, si está bien hecha: Si nos parqueamos en el presente, los pensamientos desaparecen. ¿Por qué? Porque los pensamientos son una suerte de reflejo que ocurre solamente al desviarnos de nuestro Centro, al mirar hacia atrás o hacia adelante, en esa ilusión vana que es la línea del Tiempo.

Buscando meditar de la mejor forma, el método infalible es mantenerse en el Presente (base fundamental del Zen).  Fácil: Soy consciente de mí mismo, de mi cuerpo relajado y de mi respiración. Y es seguro que mientras mi mente siga la entrada y la salida del aire por mis fosas nasales, los molestos pensamientos se mantendrán alejados. Hasta que en algún descuido, alguno de ellos -mis obligaciones pendientes, por ejemplo- se abalance sobre mí, acabando con mi meditación y arrastrándome a pensar en el banco y en las cuentas por cobrar. Y vuelta a empezar... Porque no es fácil estar en el presente... siempre estamos divagando...

Lo anterior es un hecho demostrado. 

Entonces, el experimento para hoy es: Tratemos de no admitir en la mente ningún pensamiento relacionado con el pasado ni con el futuro. Tratemos de admitir solamente en lo concerniente al momento presente.

¿Qué sucede?????  Mejor que lo experimentes por tí mismo. 

La gran sorpresa, el gran descubrimiento al hacer el ejercicio, es que
¡¡EN EL PRESENTE NO SE PUEDE PENSAR!!! 

En el presente solamente hay conciencia. Por ejemplo, podremos saber que lo que estamos comiendo en este momento, está delicioso... Pero no habrá pensamientos alrededor de ello. ¡No podemos pensar! No hay motivo. No encontramos tema. No existe nada que los genere. Quedamos como en un estado intermedio, flotando... ¡En Paz!

O sea, que sucede lo que pregonaban los maestros budistas:

  • Entramos en el Ser Original.
  • En el Samadhi. 
  • En el Vacío.
En el Presente no se piensa, lo que demuestra que el pensamiento es una ilusión generada por esa otra mentira, que es el Tiempo.

Y tal vez con la práctica, -como los monjes Zen-, al acostumbrarnos a estar en el momento presente y por consiguiente dejar de pensar, empecemos a actuar espontáneamente, de manera automática... Sin actuar premeditadamente, sin juzgar y sin equivocarnos jamás.

El guerrero invencible, inmóvil, pleno de posibilidades.

Porque estaremos sencillamente, conectados con el SER. ¡Concientes!
¡Seremos Uno con el Todo!
¡Iluminados y liberados!

Seguiremos en el mundo, ¡Pero ya no seremos de este mundo!

Música Inspiradora. El Sueño Imposible.

Lo que más nos enternece de Don Quijote es su ingenua convicción... Su esperanza en que las cosas pueden ser mejores y su creencia en que existen aún caballeros (y damas).


En la canción de El Sueño Imposible se desarrolla hermosamente el tema de la importancia de tener un Ideal. Esto es lo que recientemente se trajina en los medios espirituales como el Propósito. Todos requerimos un propósito; así como en la Naturaleza todo lo tiene. Pero no es nada claro para nosotros y eso nos inquieta durante toda la vida.

Intuimos que no puede ser el éxito, ni la riqueza. Muchos jóvenes actualmente se dejan atraer por la fama. Pero ella tampoco es nuestro propósito.

Sentimos como que hay algo correcto, que aún no descubrimos... Y hay épocas en la vida en que tememos ir por el camino errado, o al menos haber dejado pasar la senda más adecuada.

Lo peor es que en nuestra alocada existencia, -acelerada mucho más en esta época casi que desde la educación primaria-, no tenemos ni un momento para mirar en nuestro interior y preguntarnos cuál será el propósito de nuestra vida. El motivo de estar aquí. La misión individual o colectiva.

Pero la ironía es que desesperadamente requerimos de un motivo para vivir, aunque nunca tuvimos la tranquilidad ni el silencio para buscarlo.


Busquemos, si es posible, detenernos un momento. Tal vez suspender por unos pocos días la rutina, alejándonos del ruido, la publicidad y las noticias, para escuchar qué dice nuestro corazón.

Encontraremos que probablemente lo que hacemos día tras día no nos satisface como propósito. 

Probablemente. el verdadero propósito que yace en nuestro interior, dormido, está más relacionado con la conexión con los demás. Con algo de generosidad. Con un esfuerzo por despertar y ayudar a los demás a hacerlo. 

¿Por qué no buscamos un poquito, si no aislándonos unos días, al menos por medio del análisis de una lista de ideales elaborada en privado y con sinceridad?

Otra versión, de la maravillosa Paloma, que nos da la letra para saborearla: